miércoles, 13 de enero de 2010

AVIONES Y AEROPUERTOS



Son las 5. Aquí las 17.00 del miércoles 13 de Enero, pero en mi cabeza son todavía las 5 de la mañana. No me he acostado en una cama desde el domingo por la noche. Y aunque estoy cansada, todavía puedo aguantar un poco más. Vale, estoy muerta y me voy a meter en la cama ahora mismo. Tengo la sensación rara de no saber cuándo han pasado las cosas exactamente.

A ver, me acuerdo de salir de casa el lunes todavía de noche, con toda la plaza nevada. No había dormido nada, de puros nervios. Me acompañaba Paul, cargando con la maleta como un sol, mientras yo refunfuñaba por todo (muy en mi línea habitual… el pobre se está ganando el cielo). Y después de la cola de facturación, el rato de espera, las lagrimitas de despedida (mías, que Paul es muy macho y no llora), entré en la terminal. Luego, lo típico de estas fechas y estas condiciones atmosféricas: que si salimos, que si no salimos, que si hay retraso por culpa de los vuelos que no llegan, que si el problema está en el hielo de las pistas, etc, etc. Eso sí, los de KLM muy educados y muy limpitos. Después de las 2 horitas de rigor, salimos nube arriba hacia Ámsterdam. La mayor parte de los pasajeros perdieron sus vuelos de conexión, pero como yo no (y aquí se demuestra una vez más la teoría de la Relatividad), no me importó demasiado el retraso.

En Schipol me dio el tiempo justo de echarme colonia gratis en un Duty Free y contorno de ojos (el más caro, por supuesto) en otro, con cara de estar a punto de comprármelo (y la dependienta con cara de no estárselo creyendo del todo). También vi montones de tulipanes de madera (?).

Y de vuelta al avión. Esta vez en una terminal a temperatura ambiente (2º bajo cero), que casi no se notaba por el hacinamiento en el que estábamos los de “Economy Class”. Yo por equivocación –de verdad- me puse en la otra fila, y rápidamente una azafata ideal de 1,80, con una trenza que le llegaba por debajo del culo –verídico- me preguntó amablemente si le podía enseñar la tarjeta de embarque. Sin embargo a los señores con traje de alrededor nadie les preguntó nada… fascinante (Moraleja, Paul: hay que viajar elegante, ves?).

Total, que otra vez al avión, con la suerte de tener detrás un bebé monísimo que batió el record de 9 horas 50 minutos de gritos y lloros ininterrumpidos. Sobrevolando Rusia se me ocurrían ideas que si las dijera en voz alta probablemente iría al infierno.

Me alegré de llegar a Shangay (sin saber que el bebé iba a ir a Auckland en mi mismo avión). Después de pasar cuarenta controles de pasaporte, aduanas, recogida de equipaje, entrega de equipaje y varios de salud en los que me esforzaba por no toserle al señor agente chino en la cara, con sus colas, esperas, detectores de metales y perros olfateadores, por fin, nos montamos en otro avión. Este de Air New Zealanda, que todo sea dicho, estaba fenomenal: pantallitas personales, con películas y juegos (que no vi, porque me quedé dormida antes de despegar); una comida bastante rica (que me perdí durmiendo); azafatos muy simpáticos (con los que no hablé). Vamos, que las 11 horas se me pasaron volando (jajajajaja). Ah, el desayuno sí que me lo tomé, pero por equivocación pedí una cosa china que estaba horrorosa (por lo menos, no cuadraba con la idea de desayuno que tenía yo en ese momento).


Después de otros millones de controles en Auckland (maletas, toses, importación ilegal de plantas y animales, más aduanas, preguntas sobre tus intenciones en la isla, etc, etc), y de un autobús al centro, conseguí llegar a la Residencia…. pero esto mejor os lo cuento mañana, que aunque sólo son las 17.30, se me están cerrando los ojos… ¡no puedo entenderlo!


8 comentarios:

  1. Querida prima!

    Estreno el dudoso honor de ser el primero en comentar tu blog. Estoy en el curro a puuntito de irme yo a los States (poco a poco los Cabello nos vamos haciendo con el mundo)...

    Me encanta como escribes.

    Por cierto, tienes mal mi email, no es de hotmail, es de gmail, así que si quieres cambialo, sino quieres pues no leere tus emails en el momento en el que los mandes.

    Yo voy a intentar escribir también en mi blog sobre mi viaje a Chicago, veremos si lo consigo o no.. Un beso!
    Tu primo favorito.

    PD. Veo una referencia a Ignacio y nuestro viaje a Sierra Nevada cuando hablas sobre Paul! Jajajaja

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  3. Hola sobri!!

    Menudo palizón, pobrecita mia!!

    Pero bueno tu duerme 15 horas seguidas y cuentanos que tal por la tierra de Frodo Bolson.

    Al otro sobri: el primero en escribir... tsss iluso!! lo que pasa es que la vaga de tu prima hacía ¿año y pico? que no escribía!! pero bueno, el primero en la segunda ola del blog de moda

    Ale... mil besos a los dos!

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  4. Me encanta tu blog, la verdad que ayer me emborraché un poco con él. Me apetecía decirtelo, y como cursi que ya sabes que soy, me lo puedo permitir. Disfruta de tú aventura amiguita!!

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  5. Martín: tío, te vas dentro de nada... nervioso?! ya verás qué guay... y qué viento!!!
    jo, no sabes cuánto te echamos de menos en sierra nevada (y menuda nieve había, madre mía!).
    Haz lo del blog, que lo seguiré fijo.
    Clacket: menos mal que sigues fiel al blog!!! desde luego, la primera de las primeras (mi madre seguro que lo lee, pero como no pone comentarios, es como fantasma)
    Albert: Guapo!!!! qué ilusión!!! Estoy recorriéndome Auckland mirando al suelo, buscando dónde poner los conos! Un beso con ruedas!

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  6. ¿Cómo que un fantasma? ¿Cómo sabías que estaba aquí?
    Esto es muy misterioso

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  7. jajajajajaja! sí, sí... muy misterioso!

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  8. Clara! el primero en esta nueva estapa de NUeva Zelanda he sido yo!! :)

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