Los grandes Imperios han caído hace mucho tiempo (bueno, queda Estados Unidos –EEUU-USA- pero ellos no cuentan –si no mi post no tiene gracia, qué le vamos a hacer. Obviemos a Obama, ahora "no, you can´t”-). En cualquier caso, un Imperio de verdad se consigue a pie, conquistando paso a paso y pueblo a pueblo los nuevos continentes, nada de aviones, bombas, invasiones, excavaciones de minerales, corrupciones políticas, etc, etc.
Ir a pie. Sip. Eso es precisamente lo que hizo en su momento Cristóbal Colón en Sudamérica (mezclarse con ellos y matarles a machetazos), Inglaterra en la India (mezclarse con los indios-hindúes, no los indios pieles rojas, y matarles con pistolas), Inglaterra en Norteamérica (mezclarse, más bien poco, con los indios –pieles rojas- y aniquilarles por completo). Los ingleses en Australia (mezclarse -nada- con los aborígenes y matarles y además llenarles el país de conejos). Madre mía, cómo son los ingleses.
Pero hoy en día la violencia ya no es chic. No se lleva. No es políticamente correcta. A ver, si no se puede decir “negro” en la tele, ni poner ojos de chino para hacer una broma cuando uno gana el Mundial de Baloncesto (jajaja, hay que reconocer que lo de la selección de baloncesto tuvo gracia), cómo se va a ver bien lo de ir a otro país a aniquilar a sus habitantes.
En mi familia gracias a dios tenemos una visión preclara de las cosas. Unos más que otros, sin concretar. Claramente algunos somos más avispados, y hemos decidido iniciar la conquista. Pronto existirá Cabellolandia, donde la gente será altamente atractiva (aunque algunos de sus habitantes de tamaño reducido) y por los grifos saldrá cerveza en vez de agua (menos para ducharse, que habrá agua, claro).
Los pioneros en este caso hemos decidido separarnos, para hacer una conquista más discreta. Todo fue planeado minuciosamente (y en secreto). Yo evidentemente tiré al hemisferio sur (como soy más pequeña, la gravedad invertida me afecta menos). Mi primo Martín está en Chicago (http://desdechicagoconamor.blogspot.com/), luchando contra el frío polar (como tiene las piernas ligeramente más peludas que yo, puede soportar mejor las condiciones atmosféricas adversas). Ambos estamos en un proceso inicial de mezclarnos con los habitantes, probar sus bebidas típicas y los bailes ancestrales.
Utilizamos tecnología punta (somos un poco como James Bond... pero el de antes, el que no parecía vigoréxico). Hablamos a través de ondas electromagnéticas que atraviesan la estratosfera, dirigidas a un satélite que nos conecta a través del planeta (Skype), y seguimos con nuestro proceso de colonizar el mundo (no en el sentido reproductivo de la palabra, al menos en mi caso).
Seguiremos informando desde nuestras posiciones. Mientras tanto, adjunto una foto mía mezclándome discretamente entre sus habitantes.