... y ahi estaba yo, al borde del agua, mirando fijamente la superficie...
Temperatura: 25 grados. Sol radiante. Ligera brisa del este.
- Hey! pasame una cerveza, anda!
Hmmm, y entendí perfectamente lo que nunca habia entendido, esas imagenes de tipos gordos junto a un rio, tirando el sedal una y otra vez. Menudo rollo. ¿Acaso no hay cosas mejores que hacer? Pues ahi estaba yo, integrada en el ambiente pesqueril (quitando el pequeño detalle del vestido ideal con el que había ido al campo, asi soy yo, antes muerta que sencilla, y de las toneladas de crema factor 50 para no achicharrarme. Los pescadores de verdad son muy machos. Yo no).
Por un momento pense que en el fondo no queria coger ningun pez. Pobrecitos. Con sus aletitas y sus agallas. Vamos, como Nemo. Ay, pobres. No, prefiero estar aquí, disfrutando del momento, pero no pescar nada. La mejor parte es la espera, no?
De pronto el sedal se tensa. Empiezo a recoger, pero pesa demasiado para mi. Espero a que se canse. Casi me caigo al agua (por supuesto, me pongo a gritar como una histérica y pierdo toda mi pose de pescadora aguerrida). Mientras lucho contra el pez, el sedal y el no caerme, el vestido se me sube, y tengo otra cosa más de la que preocuparme (gracias a mis gritos, el público mira asombrado).
Finalmente, consigo sacarlo. ¡¡Madre mia!! ¿Es Moby Dick? ¿Willy? ¡¡Casi!! Un hermoso salmón de 2,3kg. Aletea en el sedal. Lo metemos en un cubo y yo lo miro boquear. Ya no me acuerdo de Nemo, no me acuerdo de la pena que me dan los peces, no me acuerdo de que prefería la espera. Es como todo, lo importante es participar (no, no... lo importante es ganar!!! Y he ganado, he ganado!!! JAJAJAJA).
Y aqui esta la prueba: yo gane al pez!!!
Temperatura: 25 grados. Sol radiante. Ligera brisa del este.
- Hey! pasame una cerveza, anda!
Hmmm, y entendí perfectamente lo que nunca habia entendido, esas imagenes de tipos gordos junto a un rio, tirando el sedal una y otra vez. Menudo rollo. ¿Acaso no hay cosas mejores que hacer? Pues ahi estaba yo, integrada en el ambiente pesqueril (quitando el pequeño detalle del vestido ideal con el que había ido al campo, asi soy yo, antes muerta que sencilla, y de las toneladas de crema factor 50 para no achicharrarme. Los pescadores de verdad son muy machos. Yo no).
Por un momento pense que en el fondo no queria coger ningun pez. Pobrecitos. Con sus aletitas y sus agallas. Vamos, como Nemo. Ay, pobres. No, prefiero estar aquí, disfrutando del momento, pero no pescar nada. La mejor parte es la espera, no?
De pronto el sedal se tensa. Empiezo a recoger, pero pesa demasiado para mi. Espero a que se canse. Casi me caigo al agua (por supuesto, me pongo a gritar como una histérica y pierdo toda mi pose de pescadora aguerrida). Mientras lucho contra el pez, el sedal y el no caerme, el vestido se me sube, y tengo otra cosa más de la que preocuparme (gracias a mis gritos, el público mira asombrado).
Finalmente, consigo sacarlo. ¡¡Madre mia!! ¿Es Moby Dick? ¿Willy? ¡¡Casi!! Un hermoso salmón de 2,3kg. Aletea en el sedal. Lo metemos en un cubo y yo lo miro boquear. Ya no me acuerdo de Nemo, no me acuerdo de la pena que me dan los peces, no me acuerdo de que prefería la espera. Es como todo, lo importante es participar (no, no... lo importante es ganar!!! Y he ganado, he ganado!!! JAJAJAJA).
Y aqui esta la prueba: yo gane al pez!!!
Enhorabuena!!! Ya sólo te falta cazar un kiwi con boomerang. ¿O eso era en Australia?
ResponderEliminarmontada en un canguro... jiji
ResponderEliminarComo te lo pasas Cristinita!!! sesion de fotos a la vuelta si o si!!
muuuak