martes, 9 de febrero de 2010

Instinto



... y ahi estaba yo, al borde del agua, mirando fijamente la superficie...

Temperatura: 25 grados. Sol radiante. Ligera brisa del este.

- Hey! pasame una cerveza, anda!

Hmmm, y entendí perfectamente lo que nunca habia entendido, esas imagenes de tipos gordos junto a un rio, tirando el sedal una y otra vez. Menudo rollo. ¿Acaso no hay cosas mejores que hacer? Pues ahi estaba yo, integrada en el ambiente pesqueril (quitando el pequeño detalle del vestido ideal con el que había ido al campo, asi soy yo, antes muerta que sencilla, y de las toneladas de crema factor 50 para no achicharrarme. Los pescadores de verdad son muy machos. Yo no).

Por un momento pense que en el fondo no queria coger ningun pez. Pobrecitos. Con sus aletitas y sus agallas. Vamos, como Nemo. Ay, pobres. No, prefiero estar aquí, disfrutando del momento, pero no pescar nada. La mejor parte es la espera, no?

De pronto el sedal se tensa. Empiezo a recoger, pero pesa demasiado para mi. Espero a que se canse. Casi me caigo al agua (por supuesto, me pongo a gritar como una histérica y pierdo toda mi pose de pescadora aguerrida). Mientras lucho contra el pez, el sedal y el no caerme, el vestido se me sube, y tengo otra cosa más de la que preocuparme (gracias a mis gritos, el público mira asombrado).

Finalmente, consigo sacarlo. ¡¡Madre mia!! ¿Es Moby Dick? ¿Willy? ¡¡Casi!! Un hermoso salmón de 2,3kg. Aletea en el sedal. Lo metemos en un cubo y yo lo miro boquear. Ya no me acuerdo de Nemo, no me acuerdo de la pena que me dan los peces, no me acuerdo de que prefería la espera. Es como todo, lo importante es participar (no, no... lo importante es ganar!!! Y he ganado, he ganado!!! JAJAJAJA).

Y aqui esta la prueba: yo gane al pez!!!

miércoles, 3 de febrero de 2010

Kids


A pesar de que yo he venido aqui para pasarmelo bien y conocer gente, el lunes tuve una obligacion de trabajo. No, espera... yo he venido aqui para trabajar. Eso. Chica, que quieres que te diga, a veces una se olvida, con este ritmo caribenio que tienen los kiwis, vamos, que me rio yo de Cuba. El caso es que el lunes era festivo (Auckland National Day, o algo por el estilo) y no habia que venir al hospital (al que vengo, a pesar de que parezca lo contrario).

Mi jefe aqui, Dr Jonhson, decidio organizar una barbacoa de bienvenida en su casa de la playa. Efectivamente, aqui si no tienes casa en la playa, no eres nadie. Y cuando digo "casa de la playa" no me refiero a un apartamento cutre en quinta linea en Benidorm... no, no, no... "casa de playa" es una casa-casa, con jardin, barbacoa y complementos, a 20 pasos de una playa inmensa, vamos, lo tipico, lo que todos manejamos en Madrid.



El caso es que yo, quizas por la gente con la que me muevo, me imaginaba una reunion de gente joven, bebiendo cerveza bien fria mientras se asaban trozos enormes de carne sangrienta. Que se yo, asi deberian ser las barbacoas. Musica (y hablo de rock, no de Enya), chistes, grandes risotadas (Jo, jo, jo). Lo tipico, vaya.



Pues mi gozo en un pozo. Cuando llegue me encontre con que la barbacoa en realidad era una reunion de mamis con sus peques. En vez de cerveza, zumo de naranja y leche. En vez de enormes trozos de carne, ensaladas y hamburguesas vegetarianas. En vez de historias subidas de tono y chistes no aptos para menores, conversaciones sobre lo bien que come Jack, lo mal que duerme Megan, y lo listo, listo, listisimo que es Patrick. La verdad es que Patrick es muy listo, todo hay que decirlo. Bueno, y Jack tampoco come tan mal, pobre, solo necesita que le hagan un poco de caso. Y Megan es monisima, con sus vestiditos rosas y sus coletitas.


Asi que como podeis imaginaros, al final me integre en el ambiente. Nada de cerveza, nada de chistes, nada de carne-carne (vivan las hamburguesas de tofu!). Y al cabo de un rato ya era una mas en el grupo de los peques (si, la verdad es que pensandolo ahora me parece un poco raro que una de mis companieras de trabajo me diera de cenar y me metiera en la cama, pero que quieres que te diga, ahora vivo mucho mas relajada).