Esto es una confesión. Sí, casi me duele más a mi que a tí. Y lo digo con lágrimas en los ojos. Bueno, ahora no se notan, pero he estado a punto de llorar en ocasiones al pensarlo.
Mira, no sé cómo decirlo. Qué se yo... la cosa empezó un poco como un juego. Ya lo sabes, eras lo primero para mi (eres, quiero decir, eres). Venía a verte cada día, te traía fotos, la música que te gustaba... esas pequeñas cosas entre tú y yo. Me gustaba que la gente nos relacionara, que al decir tu nombre, en el fondo estuvieran diciendo también el mío.
Pero ya te digo, empecé con la tontería de probar cosas distintas, solo un poquito, un poquito. La gente me había hablado de la sensación de novedad, la ilusión que hacía sentir otra vez esos nervios, el "¿tendré un mensajito?"... y caí. Lo que empezó como un juego me acabó absorbiendo... Ahora ya casi ni me acuerdo de ti.
Lo confieso: te estoy engañando, Blog, con el Facebook....